Parte de su crítica:
“Soy un pésimo anfitrión: no conozco restaurantes, huariques ni chiringuitos donde preparan el mejor cebiche o el ají de gallina con la receta de la abuela (mi abuela, por cierto, no cocinaba). No pretendo obligar a ningún turista a beber Inca Kola (“la bebida del sabor nacional” en un país donde el concepto “nación” es una incógnita), ni a deglutir los dulces más empalagosos que he comido jamás (bajo nombres estrafalarios como Suspiro Limeño), y menos aún hago proselitismo a favor del pisco peruano en contra del pisco chileno”.
Lo más irónico de esta crítica es que lo hizo por medio de una fuente social y no por una medio de comunicación más confiable. Independientemente de lo que piensen los sabidos en las materias literarias, creo que el Perú se ah ganado una posición-justa- reconocida en el universo de la comida y que internacionalmente se valida esta posición, es tal reconocimiento que nos ah servido para crecer como país, dado a que otras industrias complementarias han tenido que alinderase a tal demanda.
En conclusión, si algo no te gusta o no te es saludable algunos platos, pues no lo vuelvas a comer. En el Perú se tienes mil opciones para elegir desde lo tradicional hasta lo gourmet y está en los comensales decidir según su poder económico, pero lo inaceptable es que se quiera difamar la comida peruana. Por último, en todos los países existe comida saludable y no saludable, si el escritor en mención quiso ganar sus 5 minutos de fama al parecer lo logró, sin embargo deja mucho que desear profesionalmente como lo hizo.
Alumno: Juan Carlos Obispo Oscco (UPC-EPE)
Alumno: Juan Carlos Obispo Oscco (UPC-EPE)
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